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Blog de Rodrigo Salazar-Elena

Las ciencias sociales como disciplinas éticas (o sea, como disciplinas escasamente científicas)

El pasado 19 de enero, FLACSO, la institución en la que me desempeño como docente e investigador, firmó un convenio de colaboración con la UNAM, una de las universidades más importantes de América Latina. Aunque la noticia es un poco vieja, en esa ocasión el rector de la UNAM, José Narro, expresó ideas sobre la [...]

El pasado 19 de enero, FLACSO, la institución en la que me desempeño como docente e investigador, firmó un convenio de colaboración con la UNAM, una de las universidades más importantes de América Latina. Aunque la noticia es un poco vieja, en esa ocasión el rector de la UNAM, José Narro, expresó ideas sobre la naturaleza y contribución de las ciencias sociales que, a mi juicio, son a la vez erróneas y ampliamente compartidas por un sector de la opinión pública y de practicantes de estas disciplinas.

Transcribo lo que reporta la nota sobre las palabras del rector: el doctor José Narro Robles habló de su preocupación por los problemas históricos que México enfrenta; se declaró “persuadido” por el pensamiento de que “ni la ciencia ni la tecnología resolverán estas dificultades”, por el contrario “sólo las disciplinas sociales y las humanidades” podrán formar a los seres humanos que el país necesita: “ciudadanos con una perspectiva de lo colectivo, con valores laicos y cívicos”.

Precisamente por esos días, en mi clase de metodología de las ciencias sociales planteaba que uno puede distinguir las diferentes formas de razonamiento por el procedimiento que utilizan para determinar que una proposición determinada no es válida. Así, el razonamiento orientado normativamente (incluyendo al razonamiento ideológico) rechaza la validez de las proposiciones cuando éstas son inconsistentes con un sistema dado de valores y normas morales. En cambio, el razonamiento científico rechaza la validez de las proposiciones cuando éstas son inconsistentes con la evidencia empíricamente disponible.

Ejemplifico con mi investigación en curso, sobre los efectos de la reelección presidencial inmediata sobre el desempeño económico. La proposición a evaluar es: La posibilidad constitucional de reelección presidencial inmediata tiene un efecto positivo sobre el nivel de crecimiento económico. Desde el punto de vista del razonamiento científico, la validez de esta proposición sería rechazada si observará que en los sistemas con reelección presidencial inmediata alguna medida de desempeño económico (digamos, el cambio porcentual anual del PIB per cápita) es igual o inferior a la observada en los sistemas en los que la reelección inmediata no está permitida.

Exponiendo este proyecto, hasta dos comentaristas han rechazado la validez de la proposición bajo la consideración de que los presidentes deben gobernar de la mejor forma posible, independientemente de si reciben o no una recompensa. Nótese que, si se aceptan ciertos supuestos sobre las obligaciones normativas de los gobernantes electos, el rechazo de la proposición es totalmente legítimo y no hace falta siquiera recoger observaciones. Sólo hay que tener claro que se está aplicando un razonamiento normativo y, muy especialmente, que esa respuesta de carácter ético deja sin respuesta la pregunta sobre los efectos o el impacto de la reelección sobre el desempeño. Esta pregunta sólo puede contestarse científicamente, esto es, observando el nivel de consistencia entre la proposición y la evidencia empírica disponible.

Bueno, pues para Narro, en su calidad de rector de la universidad más importante del país, esta diferencia no existe. O peor, si existe, es trivial, pues considera que todas las preguntas deben ser contestadas normativamente, ya que la ciencia no resolverá los problemas. Siguiendo con mi ejemplo, para esta perspectiva no tiene ningún sentido evaluar empíricamente cuáles son los efectos de los distintos sistemas de incentivos que constituyen los diferentes arreglos institucionales. De un trabajo así podrían desprenderse propuestas (basadas en evidencia) de instituciones que conduzcan a resultados socialmente deseables. Pero no, todo este trabajo (difícil, técnicamente exigente) no tiene ningún sentido, pues basta con tener claro qué es lo que “debe” hacer cada uno. Las ciencias sociales no están para evaluar evidencia, están para formar “ciudadanos con una perspectiva de lo colectivo, con valores laicos y cívicos”. Con formular estos valores, los problemas del país se van a resolver.

El rector Narro tiene formación en medicina. Yo pensaba que, si uno tiene un problema de salud, debería acudir a un médico que elabore un diagnóstico adecuado y formule el tratamiento correspondiente. Si extendemos el razonamiento del rector, alguien que haya hecho el juramento hipocrático con una gran gran gran sinceridad… ese es el que va a resolver nuestros problemas.




3 Responses

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MUy buen post!!! Lo voy a postear en mi muro, asi lo divulgo. Pero tengo una impresión fea: nomás en el anteultimo párrafo sos tan irónico, que más de un “dolubo” lo va a tomar como una afirmación!!! (risas).. Ya hasta capaz que te cita: como dijo el doctor Salazar… chin!

1    Diego Reynoso May 22, 2011 17:11

Jajaja. De hecho, ya me ha pasado un par de veces. Así que gracias por el comentario, por la difusión y por exorcisar al factor “dolubez” haciéndolo explícito.

2    rodrigo-salazar May 22, 2011 19:52

¿No es que Narro estaba haciendo una crítica indirecta a la importancia de esos valores para enfrentar ese cúmulo de problemas que incluye la corrupción y la violencia extrema? Si, como creo, de ese contexto viene, me parece que puede ser más válido…

3    nada más por preguntar June 06, 2011 18:07

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